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Mostrando las entradas de junio, 2020

RICTUS DESAMOROSO

RICTUS DESAMOROSO   Mi realidad de ahora es nuestro mundo desparramado en polvo de universo, tiene ese vagaroso andar de un arriero de la orfandad después de un gesto sísmico.   Me acuerdo de la luna y sus consortes dramatizando nuestros sortilegios infantiles, la llorecida cena con su rito estulto, las gentes que sin santiguarse correteaban al “tú la llevas” pisoteando la noche.   Mi realidad de ahora es un azulejo que revolotea por mi frente; yo, de bruces en mi costado, encantando sonrío al aguacero que se aviene.   He dejado de amar. Cuánto habré amado hasta que de improviso me irrumpe confusión de gentes azulejas que arriando van por el camino de la vida, mis pensamientos tractorando día tras noche, cosquilleándome por mi frente y mi costado, sin fe que en santiguarse pruebe la voluntad del alma de las cosas.   Cuánto habré amado, que no es cierto que mis penas van tras el azulejo tejiendo su abandono en sórdida covacha

SINFONIA VERTICAL

SINFONIA VERTICAL   Yo creo y lo pregono que hay corazón en el brillar del charco que refleja un retazo de cielo, en el botón que apremia a ser clavel o rosa, y aún en toda célula que yo acaricio con mínimo pequeño calorcillo.   Hay corazón efervescente en toda luz del día, en el nidal y en el rumor de los trigales, hay corazón latente sobre el tiempo de las cosas, y en la mismísima molécula que endurece el granito. En el fondo del mismo amor hay corazón para el pequeño y grande hombres que desde sus entrañas tocan arrebato desplegando toda energía en olvidar y perdonar.   Creo y pregono que siempre hubo corazón para servirse del amor en el banquete de la existencia, para volver a ser un pequeñito corazón en la inmensura donde nos prodiga el firmamento una gota de mar más una brizna de viento.   Hay corazón en el afán que rencoroso y dulcemente sincero ostenta el guerrillero de campo, hay corazón en la migaja que llega del pobre al más pobre, y en la frialdad de la contemplación extá